Yo ya no me humillo ante ningún poder. Yo considero que cualquier poder no es mayor que el Mío, y que debo abatirlo en cuanto amenace oponerse a Mí, o hacerse superior a Mí. Todo poder no puede ser considerado sino como uno de mis medios para llegar a sus fines. A todos los poderes que fueron mis señores, los rebajo, pues, al papel de mis servidores. Los ídolos no existen más que por Mí; basta que deje de crearlos, para que desaparezcan: solamente hay poderes superiores porque yo los levanto y me pongo debajo de ellos.
(Max Stirner, El Único y Su Propiedad)